Capital Erótico
Toda autoridad conlleva poder, pero no todo poder proviene de la autoridad.
Daniel Jimenez, Deshumanizando al Varón
En el mundo, la codificación de los poderes deviene de una multitud de fuentes: la económica, cultural, humana, política, social; en esencia, existen una serie de características que nos otorgan presencia y capacidad de acción en relación al resto: ellas son parte de nuestra personalidad, entorno y ser. La belleza, a pesar de pertenecer a éste grupo de caracteres, permaneció inexplorada como ficha del tablero hasta el principio de los 2000, cuando la socióloga británica Catherine Hakim denunció por primera vez la existencia de un capital predominantemente femenino: el capital erótico.
El Capital Erótico: Concepto y Fundamentos
Si bien personalidades de la sociología como Bordieu empezaron a abrir la ventana de debate al respecto de los capitales para 1980, entendiéndolos como poderes, no es sino hasta veinte años después cuando el erotismo entra a jugar un papel en la comprensión del comportamiento humano.
Por capital erótico entendemos el conjunto de atributos físicos, sexuales y sociales que incrementan la capacidad de una persona para influir o beneficiarse dentro de una estructura de poder.
Hakim arguye que su teoría tiene aplicaciones en estudios sobre “la movilidad social, el mercado laboral, el apareamiento, entre otros”, entregando, a su vez, los elementos claves de este poder:
Los 7 Componentes del Capital Erótico
La belleza como centro teórico
Aunque existen discrepancias entre culturas sobre qué se considera bello, absolutamente todas asumen que la belleza es una meta y objetivo a alcanzar. La gran beldad es un recurso de poco suministro y, por tanto, universalmente valorizado.
El atractivo sexual separado de la belleza clásica
Si la belleza se da por el atractivo facial, el atractivo sexual se da por un cuerpo sensual. Se relaciona con el movimiento. Mientras que la belleza se puede captar en una foto, el atractivo sexual solo en un video.
El factor social
La gracia, el encanto, las habilidades sociales en la interacción: hacer que la gente guste de ti, que les provoque conocerte o te deseen.
La vivacidad
Una combinación del estado físico, energía social y buen humor. El famoso “Alma de la fiesta”. En la mayoría de culturas la vivacidad es presentada en habilidades de danza o actividades deportivas.
Presentación
Ropa, maquillaje, perfume, joyería, accesorios y cortes de pelo que definen el estatus social del portador: quienes son expertos en presentación personal son más atractivos que quienes parecen vagabundos sin techo.
La “experticia” sexual
Energía, imaginación erótica y libido; todo aquello durante el coito que hace a la pareja una opción superior al resto. Si bien la libido no implica ser sexualmente competente, la experiencia sí y marca una diferencia.
El capital reproductivo
En algunas culturas, el capital erótico de una mujer está amarrado a su fertilidad. En la india occidental, las mujeres se embarazan antes de casarse para demostrar su capital erótico a la nueva familia. A su vez, en otras culturas la mujer fértil es vista como acreedora de un capital erótico mayor. Mientras una mujer italiana recibe halagos y cumplidos por su hermoso hijo, a una estadounidense la destacarían por su largo pelo y piernas esbeltas.
La universalidad del atractivo
El atractivo es determinante en la popularidad, la persuasión en un desacuerdo, las atribuciones de habilidad y competencia, la influencia sobre otras personas, el éxito matrimonial y los negocios exitosos. Así lo demuestra la revisión extensiva de Berscheid y Walster (1974; también Hatfield y Sprecher, 1986). Probando que los efectos del atractivo son substanciales y no dependen del sexo del observador o el informante; se tratan de efectos universales.
Catherine deja en claro que aunque las mujeres no manejen el monopolio del poder erótico, sí lo manejan mas que los hombres: los hombres reportan una tendencia a la poligamia y las mujeres a la hipergamia. Incluso si hombres y mujeres tuvieran el mismo capital erótico, la libido superior de los hombres crea una disparidad en la demanda y oferta de encuentros sexuales, en la que ellas tienen una ventaja natural y un poder de disposición superior, añade Hakim. El capital erótico es subversivo —y necesariamente más poderoso— pues se distingue del resto de capitales porque no es controlado por la clase social o el estatus.
La teoría del capital erótico es otra forma de “lookism” o aspectismo, que en la cultura del internet frecuentemente se explora con su corolario positivo, “pretty privilege”. Mientras que el aspectismo habla de discriminación en base al aspecto físico-facial, el pretty privilege, como su nombre indica, habla de privilegios en base al aspecto. En resumen, la hipótesis de Hakim es que las mujeres, esbeltas tanto no esbeltas, poseen un capital erótico culturalmente más significativo que el del varón, instaurado, entre otras razones, por su capacidad reproductiva. Y que ante una igualdad de belleza entre un hombre hipotético y una mujer hipotética, la dama será percibida como más bella que el hombre.
Ejemplos de Poder Sexual
Podría resumirse esta sección en tan solo nombrar las disparidades de ingresos de actores y actrices porno; podría reducirse a las apps de citas, y nombrar como la mujer recibe la mayoría de encuentros y matches. Podría, claro, nombrar la ausencia de mujeres que sean célibes involuntarias. Todo esto sería suficiente para demostrar que, a nivel social, la mujer posee un atractivo sexual -y, por tanto, un poder o capital erótico- superior al del varón. Pero me decanto por una alternativa más divertida: el «sexpionage», la movilidad social y manipulación y las huelgas de piernas cruzadas.
El Sexo-espionaje
En el siglo XVI, Catalina de Médicis entrenó a espías esbeltas a quienes llamó «escuadrón volante». Manejaban el poder de la seducción y del placer, con el cual conseguían el control sobre los varones, a quienes lograban sacar información.
El “escuadrón” femenino de Catalina de Médicis formaba una red de contactos paralela al poder oficial, constituida por la etiqueta y el código del honor, y basada en la reserva y el secreto, que permitía a padres, maridos, hijos y hermanos obtener valiosas informaciones, transmitir mensajes, establecer alianzas o promover matrimonios y todo ello de manera informal sin arriesgarse a los rechazos oficiales.
Historia Grata, adaptado de “Amantes y reinas: el poder de las mujeres” por Benedetta Craveri.
Las doncellas venenosas de India eran criadas desde niñas para la profesión del espionaje. Se les suministraba veneno progresivamente hasta volverlas inmunes. Aunque no todas sobrevivían, aquellas que sí se volvían armas letales para el uso de gobernantes.
Vishkanya, actually signifying «lady with poison», originates from sources in which old Indian Kings prepared young ladies to kill their enemies , When these ladies achieved pubescence, they would become completely lethal and prepared to be used as savage human weapons. Indeed, even a touch of them can kill someone.
Vishkanya: The Poisonous Celibate
Prof (Dr) Veenus Jain
En el tratado Arthashastra se determinan indicaciones sobre el uso adecuado de estas mujeres para asesinatos políticos. Por supuesto, todos llevados a cabo mediante la seducción de los altos mandos.
Mata Hari, cuyo pasado la historiografía no se decide si clasificar como “femme fatale”, fue una bailarina exótica que ejerció como espía utilizando su atractivo para obtener información durante la primera guerra mundial. Cuando fue arrestada por primera vez se salvó ofreciéndoles sus senos a los oficiales. A su espionaje se le suman las biografías de Joséphine Baker y Hedy Lamarr, que hicieron uso del sexo como estrategia de espionaje.
En el caso soviético existe el ejemplo de la Escuela Estatal N.º 4, donde se entrenaba mujeres rusas en las artes del engaño y la recompensa sexual y afectiva denominadas ‘gorriones rojos’. Título que dio vida al libro del mismo nombre e incluso a una película.
Según han revelado algunas de las que lograron escapar de sus rigores, el reclutamiento de alumnas se hacía en aquellos años de la Guerra Fría entre muchachas campesinas de aldeas humildes, eligiendo a las más guapas y también a las más sumisas. A los padres se les explicaba que sus hijas habían tenido la fortuna de ser seleccionadas por las autoridades de Moscú para convertirse en funcionarias de élite, pero que, al tratarse de un programa secreto, durante un tiempo no podrían comunicarse con ellas, ni siquiera por carta.
Carmen Posadas, Licencia para espiar.
Todas estas mujeres antes mencionadas comparten una característica en común: un capital sexual abundante debido a una belleza extrema. Este capital se convierte en una herramienta para el espionaje, pero como veremos en la siguiente sección, sirve también para escalar socialmente por medio de la manipulación.
La Movilidad Social y Seducción
Wu Zetian fue la única emperatriz reinante de China. Pasó de ser una sirvienta a ser secretaria seduciendo al emperador Taizong. Después de que Taizong muriera, Wu fue enviada como el resto de concubinas a un convento budista y a sus 25 años su poder sexual parecía acabado en tanto allí les rasuraban la cabeza y confinaban para que no fueran de otro hombre más que del emperador con el que habían mantenido relaciones sexuales. Pero el destino preparó algo mas grande para ella. El siguiente en ascender al trono, Gaozang, estaba profundamente enamorado de ella desde la adolescencia. Pasando por encima de su esposa y del estatuto chino tuvieron relaciones sexuales. En el primer aniversario de la muerte de Taizong se encontraron y Wu lo retó dudando de su poder a ver si la incluía en la corte imperial, a lo que él contestó «¡Puedo hacer lo que yo quiera!». Wang, la esposa de Gaozang, tenía una rivalidad con Xiao, otra concubina de su esposo; para distraerlo, ascendió a Wu a concubina de segundo rango. Wu se embarazó y acusó a Wang de haber matado a su recién nacido, pero algunas fuentes indican que fue Wu quien sacrificó a su hijo para tener un chivo expiatorio que aumentara su poder. Gaozang le creyó a Wu y encarceló a Wang y Xiao, dejándole el rango de emperatriz a la infanticida quien ordenó que a las dos les cortaran las manos y pies y arrojaran sus cuerpos mutilados en tinas de vino. De ahí en más el gobernador de china no fue Gaozang, quien tenía una salud pobre y era considerado ‘poco asuto’, sino Wu. Después que muriera Gaozang en el 683, el hijo menor de Wu fue designado emperador, pero para el año 690 murió, eso sí, no sin haber eliminado a todos los rivales políticos de su madre antes. Entonces sucedió lo imposible: Wu Zetian fue nombrada sagrada y divina emperatriz reinante de China.
En el siglo XVIII, Jeanne-Antoinette o Madame de Pompadour se dio cuenta que si quería subir en la aristocracia francesa y entrar a círculos elitistas la opción más favorable y menos ardua resultaba el casamiento. Se casó con el sobrino de su tutor legal, a quien en alguna oportunidad confesó que solo lo dejaría para estar con el rey. El rey Luis XIV, llevado por la curiosidad, invitó a Madame d’Étiolles a una fiesta de disfraces, esto luego de que su presencia fuera reconocida por altas personalidades de la oligarquía francesa. Ambos cayeron el uno por el otro y su amor volvió a Jeanne en la amante del rey—dejando así al sobrino de su tutor sin reparo alguno—, quien le otorgó un marquesado para que pudiera acceder al título de amante real en tanto que ella así lo exigió. Una vez allí, influyó fuertemente en las decisiones del rey, incluso mandando a expulsar de la corte a sus enemigos, como Marie-Louise O’Murphy, otra de las amantes de Luis XIV. Esto siguió así hasta que las secuelas de la tosferina que sufrió de niña la afectaran, provocando que tosiera sangre, tuviera tres abortos y padeciera dolores de cabeza recurrentes. Estos factores lapidaron el poder sexual de Jeanne en tanto que hasta el propio rey se negó a tener sexo con ella por temor de infecciones. El rey y ella acabarían siendo muy buenos amigos, al punto en que Madame de Pompadour llegó a buscarle amantes a Luis aún cuando ella permanecía bajo el título de amante real.
Otros nombres de figuras históricas que siguen el modelo de seducción y manipulación son:
Phryne (Siglo IV a.C.) una griega que se salvó de un juicio al desnudarse ante todo el tribunal.
Teodora de Bizancio (c. 500) era de origen humilde, más pasó de trabajadora sexual a emperatriz consorte gracias a sus habilidades de seducción. Influía fuertemente en las decisiones de su esposo Justiniano I.
Salomé es un personaje bíblico icónico que aparece en Marcos 6:14-29 y Mateo 14:6-12. Tras hacer la danza sensual de los siete velos ante el rey Herodes Antipas, pidió la cabeza de Juan el Bautista y la consiguió por los únicos y simples designios de su danza. Pidió su muerte porque se negaba a casarse con ella, pero no por motivos cínicos ni groseros, sino porque la ley no permitía casarse con la mujer del hermano.
Jeane Becú (siglo XVIII) venía de un origen humilde pero atrajo la atención del rey Luis XV con sus habilidades de seducción. Se convirtió en su amante y recibió el título de Madame du Barry.
Diane de Poitiers (siglo XVI) inició como tutora de Enrique II de Francia para después volverse su amante real. Ella siguió manteniendo su control sobre Enrique II incluso pasando por encima de Catalina de Médici, la reina consorte.
El celibato como castigo: huelgas sexuales
En última estancia están las huelgas de piernas cruzadas o huelgas sexuales como última evidencia del poder sexual femenino.
El ejemplo más antiguo de huelga sexual es la obra de comedia ‘Lisístrata’, creada por Aristófanes. Con el deseo de ponerle fin a la guerra del Peloponeso del año 411 a.C., las mujeres lideradas por Lisístrata niegan darles sexo a sus maridos a modo de protesta, logrando así la paz en Grecia.
En Liberia, la fundación Women of Liberia Mass Action for Peace organizó una huelga sexual y logró darle fin a 14 años de guerra civil en el 2003.
En Colombia está el caso de Pereira del 2006, donde se contabilizaron 480 muertes por violencia de las pandillas. La portavoz de la huelga de piernas cruzadas —Jennifer Bryer— testificó que los miembros de las pandillas de Pereira se envolvían en actividades violentas para conseguir atención del sexo opuesto. La huelga pretendía enviar el mensaje de que aquellos que participaran en la violencia perderían su estatus y atractivo sexual. Efectivamente, para el 2010 Pereira mostró el mayor descenso de la tasa de homicidios del país: un 26,5%.
El titular “109 días sin sexo para reparar una carretera” podría sonar, en un inicio, absurdo, pero es completamente verídico: en el municipio de Barbacoas las mujeres se aliaron para obligar a sus esposos a pavimentar 57 kilómetros de vía en el 2011.
Otros casos son el de Kenia y Turquía, el de Ucrania, el de Bélgica, el caso de Filipinas donde cesó un conflicto armado y el que es para mí el favorito y más reciente, la huelga sexual de Tokio. En 2014 el gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe, se convirtió en el ojo del huracán por unas declaraciones que hizo hace más de 25 años donde criticaba la participación política de la mujer porque consideraba que la menstruación las hacía tomar decisiones irracionales. Yoichi es miembro del Partido Liberal Democrático que pertenece al ala conservadora del espectro político japonés. A razón de esto, las mujeres de Tokio decidieron no tener sexo con los hombres afines a los ideales conservadores de Masuzoe.
Algunas de las huelgas funcionaron y otras no, pero lo cierto es que concentraron un poder de la esfera privada y lo llevaron a la macro-escala pública: negar el sexo a la pareja para que cambie una actitud que genera disgusto.
Detractoras de la teoría del poder sexual femenino
Las críticas a la teoría del poder sexual femenino pasan por describir a este poder como “el poder de la esclava” o “un poder subordinado”, en tanto que no es la mujer la que directamente toma las acciones —como en el caso de Wu Zetian mientras aún vivía su esposo e hijo— sino ella en uso de aquellos que tienen poder, en este caso, los hombres. En palabras de Gabriela Castellanos:
Ni Salomé, ni Dalila, ni Ramona, ejercen un poder basado en su propia capacidad de acción sobre el mundo, sino a través de un desvío, a través de un hombre a quien ellas de algún modo suplantan, o de algún modo seducen.
Gabriela Castellanos, Las mujeres y el poder: sexualidad, subjetividad y subordinación femeninas.
Esta crítica sería válida para descartar a las mujeres fatales como evidencia de un poder sexual. Sin embargo, la existencia de las huelgas sexuales vuelve imposible la interpretación del poder femenino como un “poder subordinado” pues es un poder que ha creado guerras, las ha solucionado y también ha servido para múltiples acciones sociales como hemos visto más arriba: en estos casos, la agencia de la mujer sobre los hechos es directa. Por otro lado, tampoco explica los casos en los que el sexo fue utilizado como herramienta del espionaje, donde desproporcionadamente estaban representadas las mujeres. Por sobre el resto de estas cuestiones, sigue sin explicar la diferencia de ingresos entre actrices y actores en la industria de la pornografía. Más aún, que la capacidad de acción se de indirectamente no elimina el hecho de que se esté dando: si un hombre manipulase a su mujer para que inicie una guerra, ¿diríamos que ha hecho uso de un poder subordinado? En absoluto.
En segunda instancia, este argumento se produce al desvincular al sexo como si no fuera un poder basado en la propia capacidad de acción en el mundo de las mujeres, cuando lo es. El sexo es decisivo en la procreación de la especie, o por lo menos lo fue antes de la creación de métodos anticonceptivos—el periodo histórico en donde la mayoría de autoras feministas comulgan que fue el auge del patriarcado—. Históricamente las mujeres han tenido que ser más selectivas que los hombres al decidir sus parejas a razón de los 9 meses de embarazo y el posterior amamantamiento de la cría, por lo que otorgar sexo —o hijos— hacía parte de la propia capacidad de acción de las mujeres y suponía un recurso de alto valor.
Un modelo de infantilización explica mejor estos escenarios en tanto se sostiene que los hombres tienen más estatus y las mujeres más protección. En la mitad de este sistema se encuentran dos variables que lo han modificado históricamente: las crías —o sexo— y los medios para que sobrevivan —estatus y dinero—. En el pasado la mujer podía ofrecer hijos y sexo al varón a cambio de estatus tal como lo hicieron Lola Montez o Jane Becú, mientras que el varón podía ofrecer dinero y estatus a la mujer por sexo como se ha visto en el caso de la prostitución, Gaozang o Luis XIV.
Conclusión
La categoría que une al caso de las mujeres fatales, el sexpionage y las huelgas sexuales corresponde al poder sexual femenino. La dinámica que atraviesa a Pandora, los gorriones rojos y Lisístrata es la idea de que el sexo es algo que las mujeres otorgan y los hombres toman.
Más aún, a pesar de que la mujer no accediera a todos los puestos de autoridad del pasado, tenía total libertad de pervertirlos a su deseo: en suma, el poder de la mujer está por encima del poder de autoridad que históricamente se adjudica al hombre tal como vimos en el caso de Wu Zetian al anteponerse al poder de dos emperadores y su propio hijo, o en el caso de Salomé al mandar a un rey a matar a un hombre tras solo haber danzado lascivamente.
Un poder que moldea a la autoridad es superior a la autoridad en sí misma.
Negar el poder del capital erótico es negar una de las formas más antiguas, persistentes y efectivas de influencia en la historia humana. Desde cortes imperiales hasta apps de citas, el cuerpo —y, en especial, el cuerpo femenino— ha sido una herramienta de ascenso, manipulación, protesta y dominio. No se trata de romantizar ni condenar esta realidad, sino de reconocer que el capital erótico existe, opera y reestructura relaciones de poder tan efectivamente como lo hace el dinero o la educación. Catherine Hakim no inventó una teoría; simplemente nombró lo que ya era evidente, pero incómodo: el deseo, cuando se administra con astucia, también gobierna.
Muy bueno! Me encanta este tema! Me llegué a reír con malicia con algunas anécdotas de huelgas